Como no lo hace Ratzinger, pues Jose A. Pérez ha decidido escribir la Carta de renuncia de Benedicto XVI, con humor y mala baba.
«No me malinterpretéis. El Universo y lo que contiene me parece un buen trabajo, nada que objetar a eso. El problema lo tengo con Dios. Por más que he tratado de atisbar siquiera remotamente su divina voluntad a través de mis profusos estudios teológicos, sigo sin tener la menor idea de lo que le pasa por la cabeza de ese Cabrón Pretencioso.»