Haro Tecglen no acaba de comprender la locura de Bush, y en un intento de ver claridad, recurre a la historia para buscar similitudes. “Muchas veces se dijo que Stalin había perdido la razón; que Hitler era un loco. Es cierto que ese totalitarismo de sí mismos, esa creencia de que han llegado a la categoría del dios verdadero, ya que el otro no parecía comunista ni nazi, puede provocar la locura que ya tuvieron los emperadores romanos o los faraones egipcios, que, bien mirados, no tenían ni una aproximación al poder de la que tienen ahora los poderosos.
Mal, muy mal. ¿Aseveración o pronóstico fatídico?. Juzguen ustedes.