Ramón Buenaventura aplaude la maestría de Catherine Bigelow en su película sobre la búsqueda y ejecución de Bin Laden, pero dejando eso a un lado se pregunta por sus consecuencias éticas: Zero Dark Thirty: oscuridad y media en punto.
«Pero, claro, también podríamos planteárnosla con la moral por delante, y en ese sentido el film provoca una verdadera tempestad de dudas : ¿ Tenemos derecho a torturar al enemigo para obtener de él una información que evite daños graves a nuestros compatriotas ? ¿ Tiene derecho un Estado poderoso a saltarse todas las normas internacionales para ejecutar una venganza nacional ? ¿ Tenía derecho Osama bin Laden a defenderse ante un juez ?»