A. Sáenz de Zaitegui recuerda a Sylvia Plath a los cincuenta años de su muerte.
«En el Gran Sueño Americano irrumpe Plath con sus apocalípticos poemas sobre cómo la mente se destruye a sí misma o por qué es necesario odiar al patriarcado que te convierte en una parodia de lo que eres. Su actitud no gustó, pero fascinó. Meter la cabeza en el horno mientras tus hijos duermen en la habitación de al lado tampoco ayuda.»