Un diario en red acaba de perder un pleito millonario por atentar contra el honor de unos millonarios.
Javier Cremades: “Una ley de prensa moderna exige una regulación específica del fenómeno Internet que, gracias al teletrabajo y a las claves que dominan el complejo universo técnico que se esconde detrás de Internet, cualquier colaborador puede meter un gol
nunca mejor dicho al editor de un periódico electrónico. Así fue en este caso. Se trata, de cualquier forma, de una legislación inadecuada y anacrónica que pesa sobre los periodistas españoles y sobre todos los ciudadanos.” También estoy de acuerdo con que hay que leer lo que se publica. Y también hay que reconocer que los intereses de los legisladores rara vez van por el camino de la libertad de expresión.
Una sentencia histórica contra la libertad de expresión.