Supongo que se podrían suscribir las acusaciones, muy interesantes por otro lado, de hipocresía e intereses oscuros a las potencias occidentales que promueven guerras, esta vez en Mali, pero se hecha en falta alguna solución alternativa más allá de las buenas intenciones: Mali, una guerra que lleva a la otra, de Rafael Poch y Jeremy Keenan.
«Las consecuencias del cambio de régimen en Libia se repetirán con creces en Siria. Lo de Mali puede ser bien poca cosa al lado del gran incendio entre sunitas y chiítas que occidente apoya en Siria y que potencialmente extiende el conflicto en una amplia región que va desde Líbano hasta Irak, pasando por Turquía y Jordania, con Irán como traca final. Las armas de Gadafi son poca cosa al lado de las del régimen sirio. La indecente gestión de un conflicto nos lleva al siguiente.»