La descripción de Joselu de las dificultades que suponen en su centro los Cursos de adaptación curricular podrá dar una idea a quién no conoce la realidad que se vive en muchos institutos del fácil trabajo que llevan a cabo los funcionarios de educación.
«El viernes pasado estaba cuidando un examen en cuarto de ESO y tenía pared con pared una clase del Aula Oberta. El examen fue perturbado por los gritos, los alaridos, los golpes o patadas que venían de la clase de al lado. En algún momento me pregunté si habría un profesor con ellos, pero la pregunta era absurda. En el centro es imposible que haya un curso sin que haya un profesor que esté al cargo de la clase. Esto me llevó a pensar en la dureza y terrible dificultad de impartir clase en el Aula Oberta donde se carece de cualquier tipo de autocontrol, y en la que los alumnos, en el mejor de los casos son máquinas de copiar y en absoluto de entender o razonar, y menos de estudiar.»