Memorable texto de
Juan Carlos Onetti,
Reflexiones osbre humanidad: “Y un recuerdo más o menos lejano: en una linda avenida o paseo un hombre cuya identidad dudo que haya sido posible establecer fue arrollado por un automóvil. Tuvo el capricho de quedarse quieto en el suelo y a raíz de esta provocación, (era lo que llaman la hora punta), veintiocho carros pasaron por encima de lo que iba quedando. Nadie se detuvo, nadie llamó a la policía ni a la Cruz Roja o Verde.”