Permítanme un especial necrologías pasadas. Verán, encontré (gracias a @absence ) este obituario divertidísimo y terrible de Fernando Colomo a la muerte de Klaus Kinski, Descansemos en paz… y de rebote, llegué a este cabreadísimo artículo de Empar Moliner como respuesta a las necrologías publicadas a raíz de la muerte de Cabrera Infante:
Cómo redactar necrológicas.
«Continuamente estaba amenazando con dejar la película. Gracias a él conseguí terminarla en el tiempo previsto, ya que trataba de quitármelo de encima lo antes posible. Siempre que salía de espaldas recurría a dobles. Así, normalmente, a media jornada se le podía mandar al hotel y relajamos un poco.
Creo que sus compañeros actores experimentaban algo parecido. A la protagonista la intentó violar en el plató, aprovechando las relaciones paternofiliales de los personajes. A Fernando Rey le rompió una costilla en un desafortunado forcejeo no previsto en el guión; y a Harvey Keitel no osó tocarlo porque éste previamente había advertido que al primer incidente le soltaba un guantazo, con el mismo brazo tatuado que exhibía en Taxi driver.»