Ramoncín como síntoma del actual funcionamiento de la industria cultural: Ramoncín y su ventrílocuo, por David Bravo.
«Ni la desaparición de Ramoncín ni la de Teddy Bautista significará el fin del modelo al que prestaban cara y voz. Las razones de las posturas beligerantes y retrógradas de SGAE en la cuestión de los derechos de propiedad intelectual no se encontraba en la ceguera de las personas que tomaron su mando sino que residía como causa inmediata en su propia estructura de funcionamiento interno y tenía como causa última que la ley simplemente se lo permitía y lo sigue permitiendo. Respecto de lo primero, no hay que olvidar el sistema de voto censitario de SGAE. Para que un autor pueda presentarse a candidato de la Junta Directiva tiene que recaudar una determinada cantidad de dinero anual que se lo permita.»