Hace no tanto tiempo, el pop y rock español se exportaba con una relativa frecuencia. Diego A. Manrique lo compara con el desolador panorama actual. El rock español se esfuma.
«Aparte del impacto de Los Bravos y curiosidades como la querencia por Barrabás en pistas de baile, los grupos de la movida proporcionaron aliento al pop mexicano, cuando salía literalmente de las catacumbas —los hoyos fonqui— a finales de los ochenta. El fenómeno de Héroes del Silencio se reprodujo en las Américas. Los insurgentes ibéricos del punk rock ofrecieron inspiración a 100.000 proyectos latinos. Y no me hagan hablar del éxito de Hombres G al otro lado del Atlántico.»