Reportaje de Aaron Lake Smith sobre los “hobo”, vagabundos que recorrían norteamérica viajando de polizones en los vagones de un tren de carga. La muerte del hobo americano. Vía Álvaro Mortem.
«Justo después de cumplir 18, una fresca tarde de otoño salté a mi primer tren de mercancías en Raleigh, con mi amigo Doug MacPherson. Las horas que pasamos echados sobre su carga de madera alquitranada, intentando descifrar el misterioso trasiego de vagones y locomotoras en la estación, se me quedaron grabadas en la médula de mis huesos; como un puzzle que no entiendes pero comienza a tener sentido cuanto más lo miras. Mi amigo Cricket, un experimentado polizón, nos había dado un pequeño mapa hecho a mano para ubicarnos una vez llegáramos a la estación de Linwood, al oeste de Carolina del Norte. Su consejo fue la advertencia que se le da a todos los que viajan por primera vez: “Agachaos y no dejéis que nadie os vea”.»