Andrés Rodríguez hace un exhaustivo repaso de Cómo le va a Islandia después de aplicar las medidas del FMI, complemento indispensable a la traducción que días atrás nos hizo Gabriella Campbell del artículo Qué está pasando realmente en Islandia
«Como todo gobierno con un déficit presupuestario y sin fuentes de ingresos milagrosas por las que obtener una fuerte cantidad de divisas (la pesca y el aluminio no son suficientes) el gobierno recortó el presupuesto de sanidad, educación, pensiones y la Administración del estado, en una cifra equivalente al 3% del PIB del país (más de 40.000 millones de coronas) en un país donde el sector público es reducido y donde los salarios son más bajos que en el sector privado por lo que es más sencilla la reestructuración.
Al final los trabajadores se vieron afectados porque sus salarios no crecen al igual que el IPC (el gobierno ha ido utilizando la inflación y la caída del valor de la corona, para reducir los ingresos efectivos de los trabajadores aumentando así la competitividad de las empresas y favorecer la exportación) así como los recortes aplicados por el gobierno.»