Josep-Maria Ureta: “Si quienes viven de la manufactura de bajo valor, el comercio ambulante o los servicios obtuvieran un reconocimiento más fácil de su actividad, podrían acceder a las condiciones suficientes de financiación para constituirse en una especie de pymes de los pobres.” Gran oportunidad para los banqueros de vanguardia. Hace años leí un artículo sobre dos banqueros negros que montaron su banco en un barrio deprimido de Chicago. Quienes vivían ahí no tenían acceso a créditos; el nuevo banco se los dió. El barrio se vino para arriba y el banco se hizo fuerte. Convertir la economía sumergida en legal, como anuncia el presidente de Brasil puede ser lo mejor que les pueda ocurrir a quienes la practican y al país.
La privatización que propone Lula.