Una vez más, Alberto Manguel reivindica la lectura social contra la estupidez social. Lo hace en el marco de este Elogio de las salas de lectura.
«Gracias a lectores como los organizadores de estas salas de lectura, las obras de estos ilustres soñadores no son echadas al olvido. Gracias a ellos, nuestra sociedad no está implacablemente condenada a la estupidez, a la violencia irracional, a la miseria intelectual y física -no porque estas cosas no ocurran (ocurren desgraciadamente siempre, en toda sociedad) sino porque a través de ellos, a pesar de esas desdichas, existe algo hecho de palabras y de ideas y de imágenes que es rescatado cada vez que un lector (un lector consciente de sus derechos y obligaciones) abre y comparte un libro, permitiéndonos creer en una realidad mejor y más humana.»