La respuesta al artículo de Javier Marías que enlazamos justo debajo de este la da Reinaldo Laddaga. Creación y soledad: una respuesta a Javier Marías.
«Y bueno, ignorancia, sí, demuestra. Javier Marías, digo, en una columna reciente (“Tanto compartir…” es el título), reproducida en su blog, donde lamenta… ¿qué, exactamente? Que los literatos piensen que deben dedicarles considerables porciones de sus energías a Facebook o Twitter, que publiquen en línea versiones iniciales de sus trabajos, que participen de proyectos de crowdfunding donde se piden donaciones destinadas al desarrollo de planes de producción en curso (“algo apenas distinto de las cooperativas de toda la vida”), que soliciten la colaboración de sus lectores. Todo eso. Fenómenos muy diferentes, la verdad, que para Marías tienen todos en comun que son iniciativas de escritores que renuncian a su soberanía (“a ser los amos de los mundos que inventan”, dice) para ponerse “a escuchar las ideas de cualquiera”, a ceder a la demanda de “la ridícula ‘interacción’”, “a dejarse vigilar y controlar”. A ceder a la demanda de las “masas” (confieso que me llama la atención el uso de esta palabra, con su carga de connotaciones a esta altura algo arcaicas).»