Creo que es un poco contradictorio y confuso, pero el artículo de Fernando J. López merece ser leído aunque sólo sea para polemizar o disentir de lo que dice sobre las adaptaciones o versiones de clásicos teatrales u operísticos: ¿Hay que destrozar a los clásicos?.
«Sin embargo, en el mundo de la ópera las versiones —llamémoslas— personalizadas son muy frecuentes, de modo que nos podemos enfrentar a auténticos hallazgos o a verdaderas catástrofes. Y no se trata de que la propuesta sea más o menos rompedora, sino de que esa transgresión nazca —con honestidad— del clásico que se llevan a escena.»