En Aprendiendo a aprender con ordenadores de 100 dólares, Álvaro Ibáñez recuerda el experimento que se hizo abandonando 20 mini portátiles en unas aldeas aisladas en la zona de Addis Abeba (Etiopía). El resultado fue sorprendente: A los cinco días estaban usando unas 47 aplicaciones por niño cada día.
«Pero además de eso, poco después esos niños que nunca habían visto un ordenador hackearon las tabletas con sus rudimentarios conocimientos, para sorpresa de los técnicos, que ahora cuentan con una nueva forma de entender cómo difundir más rápidamente la tecnología y los equipos entre los que los necesitan.»