Texto entre veras y bromas en el que el poeta Charles Simic habla de Los poetas y el dinero. [Ref.: Islas en la Red]
«Aún más exasperante: la mayoría de poemas son breves. Da la impresión de que llevó absolutamente nada de tiempo el escribirlos. Como mucho diez minutos. Escribir una novela de seiscientas páginas lleva años. Acudes a tu escritorio y trabajas cada día de la misma manera que un minero acude a la mina y te sientes igual de exhausto después. Por supuesto, esa clase de trabajo debe ser ampliamente recompensada. Un poeta se asoma por la ventana a mirar caer la lluvia, o contempla el mechón de pelo de su antigua amada, garabatea algo en un pedacito de papel y da por concluido el día. Lo más escandaloso de la poesía es que los poemas compuestos de una manera tan displicente acaban en antologías que nuestros hijos deben estudiar en el colegio. No solo eso, sino que quizá acaben enamorándose de ellos, los memoricen, e intenten imitar alguno.»