El problema de la atención en el consumo cultural contemporáneo. O aún peor. Noel Ceballos, Icono de la cara llorando.
«Crary escribió Suspensions of Perception en 1999, cuando la multiplicación de marcos sensoriales y la fragmentación de nuestra capacidad de atención aún estaba empezando a entrar en el hiperespacio. Es decir, antes de la Era Twitter, cuando aún mirábamos la televisión (en lugar de compartimentar nuestro cerebro en pantallas, feeds, hashtags y flujos de conciencia). El estado de la atención en nuestros días es ciertamente delicado: la sobreabundancia de estímulos y datos de la WWW hace que nuestra manera de pensar se parezca cada vez más al staccato. Sumemos a eso un incremento de las horas de trabajo, una modulación de nuestra percepción subjetiva del tiempo (¿a que parece que fue ayer cuando empezó este año 2012?) y un abuso de los estimulantes artificiales. El resultado no sólo es una merma en nuestra capacidad de concentración, sino una forma rabiosamente contemporánea de ansiedad: la que sientes cuando te encuentras a ti mismo, a altas horas de la madrugada, ante una pantalla con demasiadas pestañas abiertas, con demasiados artículos a medio leer, con tu contador de notificaciones en Twitter subiendo sin parar. La única sensación posible en nuestro post-capitalismo de cada día parece ser el jet lag social.»: