Ángela Armero escribe sobre un clásico de Nicholas Ray, En un lugar solitario, y también de la historia paralela que vivía el director norteamericano mientras rodaba la película. Dos lugares solitarios.
«Es la historia de Dixon Steele, un guionista conflictivo y venido a menos que recibe el encargo de adaptar un best-seller de nula calidad literaria. Steele le pide a una chica que trabaja en el guardarropa del club que frecuenta que le cuente la historia de la novela con sus propias palabras. Pero a la mañana siguiente la policía se presenta en la casa del escritor comunicándole que la joven sido asesinada… y Steele se convierte en el principal sospechoso. En la comisaría conoce a una bella actriz, Laurel Gray, y se enamoran, pero gravita sobre su amor la sospecha de que él sea un asesino.»