No es precisamente amable Juan G. Bedoya con la última obra de Benedicto XVI, aunque, en rigor, no le faltan argumentos: Más toques de fe que de historia
«En este punto, hace afirmaciones que los historiadores niegan. Dice, por ejemplo, que Jesús “nació en Belén” porque sus padres habían viajado hasta allí para cumplir “con un censo ordenado por los romanos”. Frente a la tesis de que para ese censo, de haber existido, no habría sido necesario un viaje de cada cual a su ciudad, el Papa replica, apelando a “diversas fuentes”, que los interesados “debían presentarse allí donde poseyeran tierras”. Según el Papa, José, de la casa de David, disponía de una propiedad en la comarca de Belén. El terrateniente, no hace falta decirlo, es carpintero en Nazaret y marido de María, virgen y la madre de Jesús.»