Si algo no me gusta de los movimientos poéticos es que, en general, sus propuestas estéticas son excluyentes, elitistas —sea cual sea su tendencia— e intolerantes para con las otras poéticas. Yo ya conocía algo —algunos componentes, algunas ideas— del grupo
La Palabra Itinerante, pero me sorprendió muy gratamente su invitación a escribir una
poesía en resistencia, que “se sitúa contra la poesía del bienestar, contra la poesía cómplice con el estado de las cosas. Y lo hace realizando su trabajo, afinando y afilando sus versos navegables. Prescindiendo de polémicas gratuitas, de estériles y rutinarios coloquios agotados. [...] Poesía en resistencia es un puñado de inquietudes diversas que aprenden de sus diferencias, y que saben que lo que realmente importa es lo que les une, si esto es raíz y es savia.
Poesía en resistencia es proceso abierto, en construcción. Usted también puede ser un poeta en resistencia.”
Una proximación a la poesía en resistencia.