Hace unos días murió el polifacético compositor Juan Carlos Calderón. Darío Vico quiere reivindicar una de sus facetas menos celebradas, la de letrista, poniendo el acento en su sutil contenido social. Calderón en mi corazón
«Aquellas protagonistas de las canciones de Calderón para Mocedades, sobre todo las de ‘Secretaria’ y ‘Tómame o déjame’ significaron para muchas mujeres de principios de los setenta todo un ejercicio de sinceridad que acabó culminando en una liberación mucho más real que la que proponían las feministas de la época, porque lo primero que necesitaban era un ejercicio de sinceridad. Hasta entonces las protagonistas de las grandes canciones de la música popular española, en la que se refugiaban fregonas y modistillas, amas de casa y mecanógrafas, eran protagonistas de historias y amores extremos, en muchos casos suripantas beatificadas por su sacrificio sentimental que protagonizaban historias de amor eterno y tremendo en las que era muy fácil identificarse y sublimarse, pero absolutamente inviables en la vida cotidiana…»