Carlos Arribas entrevista a Wang Junxia, la atleta china que surgió a principios de los 90 para batir plusmarcas y ser campeona olímpica en Atlanta, antes de desaparecer misteriosamente a los 23 años. “Quiero olvidar, pero no puedo”
«Una vida que comenzaba a las cinco de la mañana, cuando empezaba a correr 30 kilómetros en ayunas —“y corriendo de verdad, no rodando, sino corriendo a tope, luchando, luchando desde la salida”, precisa— y continuaba con otros 20 kilómetros por la tarde. Todos los días. Una vida que alcanzó todo su esplendor en 1993, el año increíble que desafía toda la lógica. Quizás solo el gran Paavo Nurmi pueda en la historia haber hecho tanto y tan distinto un mismo año. En abril corrió un maratón en 2h 24m, récord asiático; en agosto, ganó en Stuttgart el Mundial de 10.000 metros; entre el 8 y el 13 de septiembre fue capaz de lo siguiente: correr un 1.500 en 3m 51,92s, la cuarta mejor marca de la historia actualmente, batir en dos ocasiones el récord de los 3.000 metros (lo dejó en 8m 6,11s, una marca a la que nadie se ha acercado desde entonces a menos de 6s) y batir también el récord mundial de los 10.000 (29m 31,78s, la segunda mejor marca conocida es 22s más lenta), y en octubre corrió otro maratón por debajo de 2h 30m»