Más sobre don Juan, ahora Manuel Rodríguez Rivero con El aborto del abismo.
«Para esa generación, el Tenorio de Zorrilla era ya sólo una caricatura del mito, una máscara carnavalesca a la que el excesivo maquillaje de la tradición teatral impedía mostrar un rostro culturalmente homologable con los nuevos tiempos. Es verdad que el proceso se había iniciado mucho antes, pero las peculiaridades culturales de la España de la dictadura habían propiciado una ralentización de su decadencia que permitió prolongar entusiasmos decimonónicos en un contexto social que iba cambiando lentamente.»