Ignacio Echevarría señala a las firmas de opinión de El País como parte importante de la caída en desgracia del principal diario nacional. El intelectual colectivo.
«El desmantelamiento de El País no ha empezado ahora. Hace al menos una década que este diario fue secuestrado por intereses que nada tienen que ver con las premisas que lo inspiraron y que cuestionan su independencia. Me pregunto cuánta responsabilidad cabe a colaboradores y articulistas por haber consentido que las cosas lleguen a estos extremos. Si con el peso de sus firmas no hubieran podido en su momento alertar, primero, y luego presionar oportunamente para que la dirección del diario corrigiera su rumbo. En lugar de eso, han tolerado que el deterioro del periódico fuese socavando y mermando lentamente el prestigio y la credibilidad de su propia opinión, que resuena en un altavoz cada vez más saturado de extraños ruidos, regalías, servidumbres e interferencias. »