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Nueva Economía y Gobierno de la Empresa

Juan Urrutia nos alecciona sobre la importancia de aprender de los fracasos de las punto com porque sólo aprendiendo de los errores cometidos podremos armar un edificio nuevo: “Primera, la Nueva Economía nos ha hecho ver que, en presencia de las TIC, la fidelización de la clientela y de la plantilla es algo imposible y que, en consecuencia, hay que considerar a los empleados como los mejores clientes y a éstos como realizando tareas propias de empleados como, por ejemplo, el marketing. Por lo tanto, clientes y empleados deben considerarse como algo que está dentro del contorno definitorio de empresa. Segundo, si lo anterior es cierto, no hay buen gobierno que pueda prescindir de estas dos stakeholders y tratar de olvidarlos como tales es inútil; acabarán por hacerse sentir y habrá que integrarlos de la misma forma que ya se empezó a hacer con los proveedores, por ejemplo en la industria automovilística.” Nueva Economía y Gobierno de la Empresa.
Marcos Taracido | 04/02/2003 | Artículos | Economía

Comentarios

  1. David
    2003-02-04 11:27 La cuestión y mi punto de crítica a la aproximación de Juan, es que creo que el trabajo asalariado, lejos de ser como Marx pensaba, el nucleo del capitalismo es un cuerpo extraño en él… del mismo modo que el otro fetiche de sus analistas: la empresa. Creo que el trabajo asalariado sólo existe y se consolida sobre una ineficiencia tecnológica que da forma al capitalismo industrial y que prima el papel del capital sobre el mercado. Hoy podemos ver las cosas desde otra mirada. A través de la red y esto Juan fue el primer economista en verlo allá a principios de los 80 se perfila la volatilidad y vigor de la competencia perfecta… Pero competencia perfecta y relaciones contractuales monopsódicas (un sólo comprador compra todo nuestro producto de forma regular) en entornos de contratos a largo plazo (como son los de trabajo), son incompatibles. Conclusión: ¿Queremos más libertad? ¿Queremos una economía más eficiente? Tres obstáculos tendremos: ética protestante del trabajo, empresas y trabajo asalariado. ¿Alternativa? Leed “La ética del hacker” de Pekka Himanen y Manuel Castells y sacad conclusiones :)
  2. Marcos
    2003-02-04 11:39 Ah, no, asi no vale: yo no tengo tiempo para leer el libro, asi que nos haces un resumen bien elaborado, con esquema de ideas y una sintesis perfecta, asi como un compendio de las criticas favorables y desfavorables que ha recibido, los argumentos a favor y los argumentos en contra. Ademas, ¡seguro que es carisimo! (Aunque no te lo creas hay varios comentarios de este tipo pidiendo resumenes de libros anotados en el Libro para gente que esta estudiando o haciendo tesis. Ver para creer)
  3. David
    2003-02-04 12:05 Vale, pensaba hacer (en exclusiva para librodenotas) un comentario para la sección de reseñas. He de decir que el libro me lo pasó Juan Urrutia in person (siempre un gran honor) y que no se por tanto cuanto cuesta. De todas formas las teorías radicales de la empresa vienen ya de los años 60 y están ligadas, a concepciones libertarias del mercado de esas que suelen producir extrañeza entre los profesores españoles de Economía de la Empresa y Economía de las Organizaciones, que tienen una tradición mucho más “empresista” que los americanos. Vuelven ahora y Juan es el más interesante de cuantos publican en español sobre esto de la mano de la Network Theory. La idea básica que transmiten dicho muy burdamente es que en competencia perfecta no existen organizaciones estables ni diferenciación de agentes (trabajadores/empleadores). No hay red estable que genere beneficio a nadie, porque si lo intenta se desmonta a una velocidad inversamente proporcional al coste de la información. Dicho más bruto todavía: en red desaparece el empresario, que es un señor que gana dinero jústamente gracias a la perversión del mercado que el coste de la información supone. En competencia perfecta / red, como en una utopía Proudoniana o Kropopkiniana, todos somos independientes y nos agrupamos a otros temporalmente, sobre proyectos o afinidades comunes, que se desarman o conviven con otros en el tiempo.
  4. Marcos
    2003-02-04 13:51 Bueno, yo lo decía de broma ;), pero veo que has hecho los deberes. Te faltaría un esquema de ideas, pero te lo perdono por esta vez :) Y sí, es indudable que la internet se acerca (¿comienza a acercarse?) a ese ideal, aunque ignoro cuanto de positivo o de negtiva tenga esto o cómo va finalmente a a fectar a los sistemas de producción y a los mercados; por ahora, creo yo, esto casi sólamente aplicable a la producción intelectual. Un saludo.
  5. David
    2003-02-04 14:09 Esa, esa es la gracia, que el desarrollo de la productividad es tal que la producción industrial será cada vez menos importante. Es la producción industrial la que requiere relaciones asalariadas, la que frena al mercado en su camino generando monopolios y oligarquías. Ningún sistema industrialista puede trabajar con la independencia personal de base. Requiere una cooperación basada siempre en las relaciones a largo plazo. Requiere masas de capital (y por tanto diferenciación social y regional estable en clases y zonas cuyo volumen sigue una ley potencial) Requiere de la ordenación del trabajo en torno al tiempo de trabajo. Y de la vida en torno al trabajo. El informacionalismo, que le llama Castells, va para otro lado. Hacia la empresa-red, que es una no empresa. Del mismo modo que la producción agrícola ha ido perdiendo peso en el industrialismo, la industrial lo hará en el informacionalismo. Las inversiones de capital del futuro serán en capital humano, en educación, o mejor en dejar a disposición de la comunidad fuentes de información gratuita y herramientas de acceso y aprendizaje. Y si me permitís esa será la principal función económica admisible del estado en el futuro: asegurar a todos acceso al conocimiento, la información y el mercado. ¿Véis como la red modifica los conceptos tradicionales de izquierda derecha? ¿De desarrollo? Están naciendo nuevos ejes. Los monopolios se presentarán alternativamente en ellos como “progres”, “solidarios” o como “neoliberales”, según les interese en cada momento. Pero el verdadero eje es la actitud frente al acceso, la independencia personal y el número de agentes en el mercado. Por ejemplo, sólo tendrán sentido empresas públicas que generen cosas como “software libre”. (Otia que charla libertaria que he echado)

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