Leonardo Favio no necesitaba morirse para que se confirmara lo que Marcelo Figueras dice en esta necrológica del suplemento Radar: en el cine argentino, fue el mas grande y punto.
«Porque su obra entera, de magnífica coherencia, habla un lenguaje que pocos están en condiciones de (o están dispuestos a) descifrar: el de un sujeto histórico que a pesar de los golpes no pierde la alegría, ingenuo en el sentido más noble del término (por nacido libre y no esclavo, por falto de malicia), y que en consecuencia considera posible un mañana mejor.»