Si creían que fotografiar gotas de agua era algo sencillo, lean la reseña de Miguel Ángel Ordóñez sobre Markus Reugels, un maestro de la fotografía de líquidos. Un trabajo complejo, minucioso y técnico. Claro que sus resultados no son nada corrientes.
«Oí un día en una tertulia de radio a alguien, refiriéndose a las múltiples especialidades de una carrera universitaria, que la superespecialización crea superimbéciles capaces de saberlo todo sobre los últimos cinco minutos de vida de algún ilustre personaje y desconocer, a su vez, el resto de su vida. Markus Reugels demuestra para qué sirve la superespecialización en la fotografía: para crear auténticas obras de arte, en este caso fotografías de líquidos y con un flujo de trabajo calculado al milímetro.»