Tremendo, desolador el paisaje del uso y abuso del inmenso patrimonio cultural italiano que nos dibuja Carlos Camino. La caída del imperio cultural italiano.
«Pese a estos problemas, las cuentas siguen saliendo al Estado italiano. ¿Para qué invertir dinero si se tiene una gallina de los huevos de oro? Pese a la leonina crisis que dejó este verano a media Italia en casa, el pasado mes de agosto Pompeya gozaba de más de 313.000 visitas, apenas 16.000 menos que al año anterior, un descenso que, por si fuera poco, se compensará con las cifras de un septiembre al alza, según el sitio arqueológico.
Sin embargo, aunque estos números puedan parecer atractivos a primera vista, no hay que dejarse engañar. El número de visitantes por día de Pompeya con respecto a un gran museo como el Louvre es la mitad. Italia, con su número de bellezas de la UNESCO se encuentra 28ª en la tabla de Turismo y Competitividad del Foro Económico Mundial, por detrás de países como Estonia, Chipre o Bélgica. Un dato a primera vista extraño, aunque sólo los turistas que hayan estado en Tallín y en el país mediterráneo podrán valorar si se les trata mejor en el Foro Romano o en el Festival Veraniego de la Cerveza de Estonia. Sin ir más lejos, según un estudio de la Cámara de Comercio de Monza, el Coliseo valdría 5 veces menos que la Torre Eiffel, mientras que la Sagrada Familia superaría al famoso Duomo de Milán. Un patrimonio tan inmenso como aparentemente desaprovechado que provoca situaciones de gran riesgo para la memoria.»