Lorenzo Silva se pone en la piel de un funcionario encargado de firmar los desahucios que tendrán que ejecutar los policías: Desahuciator.
«Tengo jefes, instrucciones, objetivos. Tengo mi propia familia, y mi propia hipoteca. Si dejara de hacer esto que hago todos los días, y con un poco de mala suerte, bien podría terminar siendo yo el que, gracias a la firma de otro como yo que no tuvo tantos remilgos, me veo con los míos a la intemperie.»