La polémica tenía que surgir ante tanto discurso vacío en torno a la diversidad cultural: ¿es la multiculturalidad la excusa para el todo vale? ¿qué límites habrían de existir en el sistema de convivencia? ¿qué pasa con los derechos humanos? ¿y con lo derechos de las mujeres?.
Celia Amorós lo tiene claro, y así lo traslada al propio discurso feminista
¿Deben las feministas evitar falso respeto a la diversidad cultural? apostando claramente por un multiculturalismo crítico ya que “para el feminismo, las reglas de todas las tribus (culturales) están a discusión” siempre que atenten contra la dignidad femenina.