Rafael y el siglo XVI, Juan José Luna sobre el pintor y su tiempo.
«Como es natural, para un hombre joven tan bien dotado para el arte, el siguiente paso le llevaría a la capital tradicional del mundo cultural: Florencia. La ciudad no pasaba por su mejor momento y conocía un proceso de decadencia; con todo, Rafael pasó allí cuatro años, que fueron decisivos para su formación. A orillas del Arno conoció la producción de Leonardo y la de sus seguidores que se iba propagando por el norte de Italia. En consecuencia, las composiciones triangulares, los aterciopelados esfumatos, el sentido de la proporción y un paisaje más variado y múltiple ocuparon el lugar de su sistema precedente, moderni-zándolo hasta el punto de proporcionarle renombre, más allá de las fronteras de la Toscana.»