Bonita anécdota sobre la muerte de Buster Keaton y el humor; la cuenta César Mallorquí en Juana de Arco no.
«Resulta que Keaton, ya muy mayor, estaba moribundo en la cama, rodeado por un grupo de familiares y amigos. De pronto, exhaló un suspiro y se quedó absolutamente inmóvil. “Creo que ha muerto”, dijo alguien. Y otro sugirió: “Tocadle los pies; dicen que la gente, cuando va a morir, tiene los pies fríos”. Entonces Keaton, que seguía vivo, dijo con un hilo de voz: “Juana de Arco no”.»