Todo el mundo sabe que Kennedy le ganó las elecciones a Nixon gracias al debate televisivo entre ambos. E Íñigo Sáenz de Ugarte dice que más bien no. El mito del debate Nixon-Kennedy.
«A pocas horas del primer debate entre Obama y Romney, los medios desempolvan todas esas imágenes legendarias de anteriores duelos en la campaña norteamericana. Desde luego, ese instante que inauguró la democracia televisiva: el joven y atractivo Kennedy frente al sombrío, sudoroso y mal afeitado Nixon. George Bush, padre, incómodo, mira al reloj sobre un taburete en el que no sabe cómo ponerse. Gerald Ford niega que la URSS imponga su hegemonía en Europa del Este. Reagan cierra el debate sobre su avanzada edad con un buen chiste preparado. Dukakis reacciona como un robot sin emociones a una pregunta un tanto ventajista y tramposa.
El momento decisivo que todo lo explica.
Historias.»