No recuerdo el título de la película; yo era un niño. Pero recuerdo con claridad el momento en que, después de horas de caminar sobre el hielo, uno de los dos hombres decide no moverse más para morir tranquilo; se rinde. Recuerdo que decía que si no se movía tendría una muerte dulce; sino luchaba contra el frío.
Jordi Batlle Caminal da un repaso a la utilización de los parajes helados en el cine, con calas tan inovidables para un amante de la ciencia ficción y el terror como The Thing, de Carpenter.
Pasión on the rocks.