Creo que somos muchos los que nos identificamos con la postura de Joan Ollé ante la rancia política actual y las ansias de independencia: La luz del final del túnel.
«Quiero, porque no creo en orígenes divinos, independizarme de la Monarquía borbónica, de Rouco Varela y de unos cuantos voceros radiofónicos profesionales de la distorsión y la mentira, así como de una televisión pública más pensada para el entretenimiento vacuo que para la mejor realización de los ciudadanos. Pero me preocupa seriamente que, una vez rotos, no nos dé por adoptar los gestos del adversario y nuestras pantallas se llenen de gracejo local y «¡mecachis, qué guapos somos!». Ya estamos en camino.»