El título, Manual de uso: Georges Franju, es muy ambicioso, el artículo es mucho menos, pero sí sirve bien como introducción a un cineasta y su película de culto. Por Violeta Kovacsics.
«La obra de Franju se puede dividir entre ficciones y documentales (algunos, incluso, como encargo institucional). Consciente de esta división, Franju decidió emborronar la línea que los sepatra: trabajó los espacios de sus documentales como si se trataran de una ficción. Consiguió que los bosques y las estaciones parisinas cobraran vida, que el metro de Châtelet fuese un laberinto pesadillesco para un niño en ‘La première nuit’…»