Si hace testamento, no se olvide de incluir sus contraseñas en Amazon, Apple y otros accesos a contenidos digitales; de lo contrario, como cuenta Daniel Verdú, su biblioteca digital morirá con usted
«La música o libros que compramos pertenecen a la cuenta del usuario mientras esté dada de alta. A veces pueden descargarse en otros dispositivos, pero siempre deben ir asociados a esa identidad. Amazon permite prestar los títulos adquiridos para Kindle, pero durante el periodo de tiempo que los tiene otra persona, desaparecen del dispositivo de su dueño (arrendatario). A cuya biblioteca, por cierto, dicha empresa tiene un inquietante acceso.»