En Sam Peckinpah: Caída al abismo en ralentí, Jordi Bernal da un repaso a la vida y obra del cineasta, a su personalidad compleja e indomable y comenta alguna de sus mejores escenas.
«Pocos cineastas han mostrado una predisposición tan fatalista y vehemente por la autoinmolación artística y vital como Sam Peckinpah. Perteneciente a la raza de los autodestructivos, Peckinpah hizo del individualismo salvaje una enseña justificativa de su feroz enfrentamiento contra el mundo y, en particular, contra los almidonados burócratas del gran espectáculo de Hollywood.»