De los (muchos) textos que han salido defendiendo la restauración del cristo de Borja por una ancianita, me voy a quedar con este de Jorge Luis Marzo. El arte apropiacionista de Doña Cecilia Giménez.
«Observemos la intervención de Doña Cecilia con detalle (por cierto, la artista defiende que se trata de una obra inacabada): Cristo se ha convertido en una mujer. Las espinas de la corona son ahora una especie de corte de cabello corto, o una suerte de gorro de invierno ruso. La mirada que transmiten los nuevos ojos es inquietante. Ya no miran al cielo implorando consuelo o en armonía con el creador, sino que miran directamente al espectador. Se observa una mirada distante y serena, pero con la actitud de echar en cara algo. La boca ha desaparecido y describe ahora un borrón como si se tratara de un rastro de violencia dejado por un lápiz de carmín color carne. También sugiere humo saliendo de la boca, o el rastro de uno de esos “bocadillos” de cómic en el que se enmarcan las palabras, los diálogos. Tantas obras vienen a la cabeza: Francis Bacon, sin ir más lejos.»