Muy documentado –me parece a mí– y curioso el artículo de Teresa P. Mira de Echeverría: Hogar, extraño hogar: los modelos de familia dentro de la ciencia ficción.
«La visión de Sturgeon —que esgrime razones biológicas, psicológicas, sociales y éticas a raudales— conmociona, pero fuerza a admitir la pluralidad, la divergencia, en una palabra, la relatividad de lo propio y la libertad como derecho. Su personaje, como posiblemente el 99% de sus lectores, no comulga con esta sociedad endogámica; pero el triunfo del autor se alza, no en la adopción de una práctica distinta, sino en su reconocimiento, en su tolerancia y, sobre todo, en el ejercicio de su comprensión: por un momento viví esa sociedad completamente ajena a la mía como propia, traté de entenderla… ¡Y el Universo no colapsó!»