Es repetida la pregunta: ¿no es indecente gastar tal cantidad de dinero en proyectos espaciales cuando aquí se mueren de hambre miles de personas a diario? Ernst Stuhlinger se esforzó en responder esa pregunta en una carta: ¿Por qué explorar el espacio?.
«La mejor herramienta para mejorar todas esas funciones, sin duda, es el satélite artificial en órbita terrestre. Dando vueltas al mundo a gran altitud, puede explorar grandes zonas de terreno en poco tiempo; puede observar y medir una gran variedad de factores que indican el estado y las condición de cosechas, suelo, sequías, precipitaciones, nieve, etc, y puede enviar esta información por radio a las estaciones de tierra para su buen uso. Se ha estimado que incluso un sistema modesto de satélites terrestres equipados con sensores, trabajando en un programa de mejora agrícola a escala mundial, aumentaría el tamaño de las cosechas en el equivalente de muchos miles de millones de dólares.»