Pedro Jorge Romero sobre El discreto encanto de la hipocresía. Reflexiona sobre el curioso hecho de que nos parezca más grave que alguien actúe de modo contrario a lo que defendió en cierta ocasión que los propios resultados de su actuación, aunque éstos sean más graves.
«Posiblemente no sea realmente una malformación de la lógica humana, sino una de esas situaciones donde lo que creemos que debería interesarnos no coincide con lo que realmente nos interesa. Nuestro amor por la acusación de hipocresía probablemente indique que nos interesa más poder depositar la confianza en los demás que los actos que puedan cometer. Es decir, nos importa sobre todo que si el individuo A dice que va a hacer Z, pues cuando llegue el momento de actuar haga efectivamente Z. Tener ciertas garantías de que podemos fiarnos del comportamiento de los demás (aunque sea negativamente: sabemos que él miente) probablemente sea un elementos importante para la supervivencia en condiciones extremas.»