Diccionario de la chingada, de Pablo de Llano, comenta modismos y vocabulario mexicano.
«Lo más ofensivo que ha concebido el lenguaje popular para los blancos de clase alta es la palabra fresa, que además no salió de las clases bajas sino del desprecio de los jóvenes rebeldes de los sesenta a los jóvenes conservadores. Pero para la gente humilde y morena hay modismos agresivos como naco –“Persona corriente, de poca educación, grosera”–, que al parecer nació en los cincuenta como un insulto a los indígenas que llegaban a trabajar a las ciudades, o tepocate –“de piel morena, inferior socialmente”–, de tepocatl (renacuajo), una palabra de la lengua nativa náhuatl.»