De cómo los que viven de sostener lo insostenible científicamente (la Iglesia por encima del resto) explotan las rendijas que deja el conocimiento: El dios de las pequeñas rendijas?, por Javier Peláez.
«Las cómodas respuestas a las grandes incógnitas del hombre, que descansaban hasta entonces en la siempre socorrida palabra de dios, comenzaban a tambalearse por culpa de corrientes de pensamientto que se alejaban de los insondables caminos divinos y comenzaban a encontrar soluciones basadas en algo peligroso: las teorías, los datos, la desnuda evidencia en forma de fósiles, de piedras, de números, de fórmulas y ecuaciones que se adecuaban a la realidad… la puñetera realidad.
La postura de la Iglesia tuvo que ser modificada… los tiempos de la inquisición habían pasado y lo de quemar herejes ya no estaba de moda.»