Antonio M. Battro establece un paralelismo entre
Impresionistas y científicos para decir que ” Como los artistas, los científicos se diferencian por su estilo. Cuando enseñamos ciencia no siempre reconocemos estos estilos individuales y damos, a veces, una falsa imagen de consenso, coherencia y objetividad, que es un ideal inalcanzable. La ciencia viva es profundamente inestable y está en perpetua evolución. Esa ciencia viva y apasionada es la que debemos enseñar.”