Enric González enumera y explica unas cuantas máximas que se dan por ciertas sobre esta nuestra patria y que él no se cree ni un pelo. Cosas que no me creo.
« La transición del franquismo a la democracia fue un éxito. En un país como España, tan habituado a las guerras civiles y las dictaduras, vino a considerarse un triunfo histórico el hecho de que el cambio de régimen no fuera acompañado de matanzas generalizadas. Y superar la patética asonada del 23 de febrero de 1981 nos pareció el colmo de la madurez. La Transición, en realidad, fue un proceso relativamente superficial, tutelado por la entonces Comunidad Económica Europea y la OTAN y dirigido por los poderes fácticos (financieros y en menor medida religiosos), basado en un pacto de desmemoria, en la preservación de las estructuras de capital franquistas y en una serie de apaños lamentables, como el “café para todos” autonómico y la singularidad fiscal vasca. Se sacrificó la justicia en el altar del orden y, encima, se glorificó el resultado.»