Una mirada al mundo del grafiti ahora que parece que se intenta demonizar más, entrevista a un historiador del arte estudioso del tema: Fernando Figueroa: «La lucha antigrafiti es un pretexto para aumentar el control del espacio público». [Ref.: @minotaurodigita]
«Ya el señor Luis María Linde, actual gobernador del Banco de España, llegó por lo poco a coquetear en 2009 con la insinuación de que era un “terrorismo de baja intensidad” o “terrorismo simbólico”, para que ante tal exageración nos diese por aceptar su tesis de que detrás de un grafiti hay un deseo implícito de destrucción y que era necesario intervenir a saco contra el grafiti por el bien país. Sencillamente, absurdo. No todo el grafiti puede considerarse vandálico. Vandalismo es una palabra excesiva cuando vemos un poema o un corazón pintado sobre una pared, una pieza mural compuesta con esmero en un muro común, una pintada denunciando a un camello o un corrupto, o reclamando la atención o asistencia del poderoso.»